Cinco formas divertidas de hacer ejercicio

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Para los que odian el gym tradicional, se cansan al correr o los deportes de choque les dan miedo, van desde aquí algunas opciones entretenidas para lograr esa misión en apariencia imposible de ejercitarse con placer. 

Ya nadie discute la necesidad de hacer ejercicio a todas las edades y en casi cualquier circunstancia. Es que la actividad física no solo mejora el cuerpo –el sistema cardiovascular, el peso, la postura, la flexibilidad y un largo menú de etcéteras-, sino también el estado de ánimo, colaborando con una mayor sensación de bienestar y optimismo. Se calcula que en la Argentina un poco más de la mitad de la población es sedentaria (esto es, que no hace ningún tipo de ejercicio), lo que se considera un factor de riesgo tan letal como el tabaquismo, la hipertensión o el alto colesterol. La buena noticia es que el fenómeno se puede revertir de una forma relativamente sencilla: logrando que las personas realicen ejercicio físico durante unos 150 minutos cada siete días, lo que implica un poco menos de dos horas y media de las 168 que trae una semana. 

Pero lo cierto es que no todo ejercicio físico es para todo el mundo, ya sea por cuestiones de edades, contexturas, resistencias, posibilidades económicas o simples preferencias. No obstante las alternativas son tantas, que con algo de esfuerzo casi se podría asegurar que hay estilos de gimnasia para todos los gustos. Por lo pronto van cinco de ellos a continuación, cabalgando entre la novedad y lo clásico. 

Danza aérea

Se trata de una forma de expresión corporal en la que las personas, suspendidas a través de diferentes tipos de sogas, telas y arneses, se desplazan ya sea en contacto con el suelo, la pared, o completamente en el aire. La disciplina -como prácticamente cualquier estilo de baile- tiene un fuerte componente estético, que en este caso combina elementos de la danza contemporánea, las artes circenses y las acrobacias incluyendo técnicas de escalada, montañismo y gimnasia. En la escuela de la coreógrafa Brenda Ángel, pionera de esta disciplina en la Argentina, las clases tienen una duración de dos horas y se pueden tomar una, dos o hasta tres veces por semana, iniciándose los alumnos en los movimientos, el uso del equipo y algo fundamental: el fortalecimiento de la musculatura. “La danza aérea compone un léxico sin apartarse de las leyes propias del lenguaje de la danza. El cuerpo en suspensión crea un discurso que se expresa y narra desde el movimiento mismo”, señalan desde el Centro Cultural Rojas, donde también enseñan una actividad que según los expertos es apta para todo público siempre y cuando se aprendan algunas normas básicas de seguridad. Por lo demás, la danza aérea contribuye a lograr mayor flexibilidad, fuerza física y agilidad en general.

Zumba

La zumba es una danza de origen colombiano que se supone aumenta la energía, mejora la coordinación, reduce la grasa e incrementa la autoestima. Lo positivo es que los pasos son realmente sencillos, lo que la vuelve apta para todos los géneros y edades sin que haga falta tener ningún tipo de conocimiento previo. La disciplina es de bajo impacto y se basa en diferentes ritmos bien latinos (como la salsa, el merengue, la cumbia y el reggaetón), siempre combinados con determinadas rutinas aeróbicas que permiten quemar hasta 300 calorías con una sola hora de práctica. Los instructores de esta actividad que desde hace unos años es furor en los gimnasios de la Argentina y el mundo explican que su secreto radica en que el cuerpo se ejercita “como sin darse cuenta” de que está haciendo sentadillas o abdominales, ya que todo se logra en el medio del baile, las risas y un fuerte componente de desinhibición.

Patinar

Los rollers hicieron furor en los ‘90 pero jamás pasaron de moda, en parte porque el patinaje es una gran forma de ejercitar el “tren inferior” (glúteos, gemelos y cuádriceps), aunque también los abdominales, las caderas y los brazos, permitiendo quemar unas 400 calorías en solo 30 minutos a través de una actividad que a la vez pone a prueba el equilibrio y la concentración.

Patinar es equivalente a trotar en el sentido que se trata de un ejercicio aeróbico de lo más completo que contribuye con la reducción de la grasa corporal y el desarrollo de la fuerza en las piernas. Pero además de eso tiene un plus, ya que hablamos de un deporte de bajo impacto que no tiene contraindicaciones para el cuidado de las rodillas. Así y todo hay que tomar ciertos recaudos: sin ser una actividad de alto riesgo, el patinaje se destaca por su alto índice de lesiones debido a caídas complicadas. Por eso nunca está de más contar con el equipo de protección adecuado, e incluso tomar algunas clases como para aprender los movimientos básicos y sobre todo, a frenar.

Andar en bici

Ya sea solo o en caravana, por la ciudad o en la ruta, en plan tranquilo o en modalidad aeróbica, el hecho de lanzarse a pedalear durante un buen rato implica de por sí un ejercicio fabuloso. Porque andar en bici no genera estrés ni sobrecarga en las articulaciones, además de lo cual coopera para aumentar la capacidad pulmonar, mejorar la circulación y estimular el metabolismo. Desde el punto de vista del ejercicio físico, el ciclismo se focaliza en el trabajo muscular de piernas, caderas y abdomen, lo que suele ayudar a estilizar el cuerpo en un tiempo relativamente corto. Otra de las bondades es que se puede practicar a casi cualquier edad, incluso los resultados serán palpables para aquellos que, ya “grandes”, jamás hayan encarado algún tipo de actividad física.

Sí es importante tener en cuenta alguna consideraciones: para empezar, que la bicicleta se encuentre en buen estado (cubiertas, ruedas, luces, frenos, dirección), así como colocar el asiento a la altura correcta para cada quien (darse cuenta es fácil: cuando el pedal esté bajo, la pierna debe quedar extendida pero sin tensar del todo la articulación de rodilla). Otras claves tienen que ver con usar el casco, “hacerse ver” ante los automovilistas, circular por el carril correspondiente y respetar siempre todas las señales de tránsito.

Caminar

Sin horarios fijos, ni reglamentos, ni abonos caros, ni contraindicaciones y ni siquiera demasiadas recomendaciones, caminar es el ejercicio más elogiado por los cardiólogos y nutricionistas del mundo que no pierden oportunidad de exhortar a sus pacientes a realizar esta actividad, asociándola siempre a una alimentación equilibrada. Es que solo hace falta equiparse con ropa y calzado cómodo para dedicarse luego a aquello de “encontrar el propio ritmo de marcha”. Respecto de ese tema: es cierto, en principio que a más velocidad se quemarán más grasas, aunque el movimiento debe desencadenarse sin demasiado esfuerzo, ni tensión, ni pasos excesivamente largos (y por lo tanto poco naturales). La meta es lograr fluidez y respirar correctamente, lo cual se irá regulando con la práctica. Por último, solo se trata de elegir una ruta agradable, tal vez música, o compañía, y volverse cada vez constante para lograr más que una rutina circunstancial o un abdomen más chato: algo tan valioso y estimulante como un hábito para toda la vida.  

 

Fotos: Shuterstock