Comenzó la Feria del Libro

Actualidad

Revista Cabal participó del acto de inauguración, en el que disertaron funcionarios del gobierno y la oposición, y participaron escritores, editores y periodistas invitados. Battista estuvo a cargo del corte de cinta, alentó la aprobación del proyecto presentado por el diputado nacional por Nuevo Encuentro, Carlos Heller, y celebró la pujante situación de la industria editorial y la cultura argentina.

“Desde el mismo momento en que supimos leer dejamos de ser meros espectadores: leer es un acto de creación constante”, expresó Vicente Battista en el marco del discurso con que dio pie a la apertura de esa auténtica fiesta de la cultura que se renueva cada año y es la Feria del Libro. Antes, en un intercambio que por momentos reveló cierta tensión, habían hablado autoridades nacionales, del gobierno porteño y de la Fundación El Libro: expresaron sus respectivas posturas el presidente de la Fundación El Libro, Gustavo Canevaro, el Director de Industrias Culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación, Rodolfo Hamawi; el Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi y el Ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni.


Canevaro destacó la novedad más importante de esta edición: tener una ciudad como invitada de honor: “Amsterdam es la capital de una industria editorial líder en el mundo y su presencia ofrecerá un panorama renovado de autores y temáticas para nuestro público”, dijo. Por otro lado, se refirió al panorama del sector editorial de nuestro país: “La industria editorial argentina ha publicado 26.367 novedades en el año 2012, que se traducen en más de 94 millones de ejemplares impresos. Esto prueba que en la Argentina de hoy la lógica empresarial sostiene y alimenta la lógica cultural”.


Battista, por su parte, subrayó la importancia de seguir impulsando el proyecto jubilatorio para los escritores y destacó los logros del actual gobierno en relación al fomento de la lectura.
A continuación se reproducen algunos de los fragmentos centrales de su discurso:


“Mirar televisión no exige mayores esfuerzos, basta con elegir una buena butaca y apretar el control remoto. El resto queda a cargo de la pantalla, de lo que miremos en la pantalla. (…) Nada queda para nuestra imaginación, somos espectadores y como tal nos comportamos: la pantalla piensa por nosotros. Leer, en cambio, exige otra conducta. No basta con mirar. (…) Desde el mismo momento en que supimos leer dejamos de ser meros espectadores: leer es un acto de creación constante. Las palabras reunidas en un libro le ponen música al silencio, dibujan mujeres bellas y paisajes desolados, muestran galaxias desconocidas y batallas que se disputaron hace miles de años; o tal vez nunca. Poco importa, porque comenzarán a ser a partir del momento”.


• “En su discurso de apertura del actual año legislativo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner señaló: ‘El 94,3 por ciento de nuestra gente en capacidad de ser sujeto jubilatorio está hoy con cobertura, (a diferencia) de aquel 63 por ciento que había en 2003’. Es cierto, en estos últimos diez años la jubilación en la Argentina aumentó en casi el mil quinientos por ciento. Sin embargo, hoy tampoco Antonio Di Benedetto –no reconocido en vida por su talento- hubiera logrado esa jubilación mínima que buscaba en 1986; los escritores integramos el 5,7 por ciento que carece de cobertura. (…) Hace tres años, el diputado nacional por Nuevo Encuentro Carlos Heller presentó ante la Cámara un proyecto jubilatorio, alentado por la SADE y el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. En la actualidad, es el diputado nacional Juan Carlos Junio quien lo impulsa. Sé que obtuvo el dictamen unánime de la Comisión de Cultura, y que ahora aguarda el tratamiento y la aprobación de las restantes comisiones. Es necesario que se apruebe este año, de no ser así, perdería estado parlamentario; por lo cual persistiríamos, un año más, una vez más, con el hábito de honrar a nuestro escritores después de muertos, pero seguiríamos ignorándolos en vida.”


“A la hora de hablar de escritores, necesariamente hay que hablar de la SADE, creada en 1931. (…) Su primera comisión directiva estuvo presidida por Leopoldo Lugones y entre sus miembros se encontraban Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges, Leónidas Barleta, Baldomero Fernández Moreno, Ezequiel Martínez Estrada, Ricardo Rojas y Enrique Banchs, quien se ocupó de redactar los estatutos. (…) En este momento, la nueva comisión, presidida por Alejandro Vaccaro, que tengo el gusto de integrar, se ha dispuesto recuperar aquellos buenos tiempos. Un modo de demostrarlo es efectivizando un ambicioso proyecto: la puesta en marcha del sistema de recaudación de los derechos colectivos de autor. El propósito es utilizar ese dinero en obras de acción social que beneficiarían a los muchos escritores que hoy necesitan asistencia. De esa manera, al poeta pobre y desamparado, mencionado hace un instante, sólo lo encontraríamos en las obras de ficción.”


“Borges alguna vez dijo: ‘Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros’. Efectivamente, resulta imposible imaginar un mundo sin libros; de ahí que nos haya conmovido tanto Fahrenheit 451, novela en la que Ray Bradbury narraba de qué modo los libros eran sistemáticamente quemados. En esa sociedad del futuro alucinada por Bradbury, escribir y leer era una acción subversiva. La última dictadura cívico-militar se ocupó de hacer cierta esa alucinación. El 29 de abril de 1976, un mes después de que la Junta Militar usurpara el poder, el general Luciano Benjamín Menéndez declaró: ‘De la misma manera que destruimos por el fuego la documentación perniciosa que afecta el intelecto y nuestra manera de ser cristiana, serán destruidos los enemigos del alma argentina’, y ordenó una quema colectiva de libros. (…) El gobierno nacional acaba de anunciar la compra de trece millones de libros nuevos para que sean distribuidos en todas las escuelas públicas del país. Esa cifra se sumará a los sesenta y cuatro millones de volúmenes que desde el año 2004 se han adquirido y distribuido por toda la nación. Las dictaduras queman libros, las democracias alientan su lectura.”


•  “Entiendo que se hace preciso reflotar la Ley Nacional del Libro, un proyecto alentado por el entonces diputado Jorge Coscia, hoy Secretario de Cultura de la Nación, que lamentablemente ha perdido estado parlamentario. Esa ley, conjuntamente con la creación del Instituto Nacional del Libro, sin duda reforzarían las políticas públicas que actualmente se llevan a cabo en torno a la difusión de ese objeto que hoy celebramos: el libro.”


“El libro se encuentra en franca vía de extinción. En esta oportunidad, no como consecuencia de los dictadores incendiarios sino por la acción de Internet y todos sus derivados. El libro electrónico ya es una contundente realidad. (…) Seguramente, antes de que termine este siglo tanto los libros, como las bibliotecas que los contengan, serán objetos históricos que las nuevas generaciones observarán con la misma curiosidad con que los jóvenes de hoy observan los discos de pasta. La voz de Enrico Caruso, que habían logrado captar aquellos antiguos discos, ahora podemos escucharla en los más recientes CDs, ha cambiado el soporte, pero no el contenido: la música sigue sonando. Con los E-Books pasará, ya pasa, lo mismo: en sus pulcras y prolijas páginas, Raskolnikov continúa atormentado por aquella culpa existencial, Bartleby insiste en que preferiría no hacerlo y Gregor Samsa una vez más se despierta convertido en un monstruoso bicho. La escritura persiste, más allá del soporte que la contenga. La aventura de escribir y de leer se mantienen inalterables.”


A modo de cierre, y antes de prestarse al tradicional corte de cinta junto a los funcionarios presentes en la sala, el escritor expresó su convicción de que la Feria tiene, por delante, una larga historia, tan alentadora como las posibilidades de seguir profundizando y trabajando en los logros conquistados en los últimos años: “Aunque lamentablemente no voy a estar para confirmarlo –dijo- tengo la certeza de que dentro de cien años, en un día como hoy, la Feria del Libro abrirá una vez más sus puertas para darle la bienvenida a sus miles y miles de lectores. Sé que lo hará con el mismo vértigo y la misma alegría con que hoy abre sus puertas”.

Que así sea.

 

Para consultar la agenda de actividades de la Feria del libro, hacé click aquí