Cómo preparar la piel para el verano

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En verano, la piel queda expuesta a numerosos agentes agresivos, como la radiación ultravioleta, el cloro y la sal. Para lucir bien, y prepararla para los meses de calor  es posible realizar tratamientos específicos –en el hogar o en gabinetes de profesionales- para nutrirla, hidratarla y combatir los signos del paso del tiempo, como la pérdida de tonicidad y la flaccidez. La opinión de una especialista.

Durante el invierno, la capa córnea de la piel acumula células muertas que restan luminosidad, ya que producen irregularidades de textura que impiden el reflejo de la luz. La piel seca, luce escamosa y deshidratada. La exfoliación, en este sentido, es un primer paso para prepararse para hacer frente a los meses de calor. Se trata de un método que –por medio de sistemas mecánicos o químicos- consigue eliminar el exceso de células muertas. Gracias a este gesto, la piel recupera luminosidad.
La hidratación en profundidad también es imprescindible para lucir una piel bonita en verano, ya que contribuye a que su superficie sea homogénea y recupere su brillo natural, del mismo modo que resulta fundamental protegerla de los agentes externos, como la radiación solar. En este sentido se debe evitar la exposición solar en las horas en que éste se encuentra en su máxima verticalidad, comenzar tomando el sol en tramos cortos de tiempo durante los primeros días y por supuesto aplicarnos antes y durante la exposición solar cremas con pantalla de protección solar, al menos de factor 15 (no descuidar el cuello y escote).

Laura Navarro, especialista en piel y directora de un centro de estética ubicado en Capital Federal explica a Revista Cabal que “como en verano nuestra piel se reseca y engrosa, recomiendo realizar un pulido corporal natural completo antes de exponernos al sol, de esta manera lograremos desprender las células muertas y conseguiremos un bronceado prolijo y duradero”.  La especialista recomienda un método casero, al alcance de cualquiera: “Una técnica efectiva para pulir la piel del cuerpo –detalla- es llenar la bañera y permanecer quince minutos en agua templada para ir aflojando asperezas, luego con la ayuda de una esponja o guante vegetal realizar movimientos suaves para eliminar las capas exteriores y estimular la circulación sanguínea. Luego secarnos y mezclar la crema hidratante con unas gotas de aceite de almendras o rosa mosqueta, y aplicar con movimientos ascendentes desde los pies hasta el escote.”

Para la piel facial, más delicada, se recomienda en cambio acudir a un profesional. Las técnicas en gabinete incluyen la Microdermoabrasión, hidratación y nutrición mediante la Electroporación y Radiofrecuencia.
“La Microdermoabrasión, es una exfoliación que se realiza con un equipo de puntas diamantadas;  de esta manera se logra estimular la renovación celular y que los tejidos superficiales se mantengan en óptimas condiciones. La Electroporación, en tanto, es ideal para las mujeres que no se animan a los tratamientos invasivos y precisan nutrir la piel como sucede con la Mesoterapia con agujas. “Se trata de una técnica indolora que se realiza con un equipo de ondas electromagnéticas por las que se introducen principios activos reafirmantes, hidratantes, anticelulíticos o reductores”, detalla Navarro. “Esta técnica se puede aplicar en rostro o cuerpo. La Radiofrecuencia, por su parte, es la mejor opción ya que logra recuperar y reactivar la red de colágeno, permitiendo que los tejidos adquieran firmeza.”
En cuanto a las cremas, nutritivas e hidratantes, lo ideal es el uso de productos ricos en humectantes y nutrientes reparadores, como la vitamina E o los aceites ricos en Omega 3 (tener en cuenta también que la piel limpia absorbe mejor los productos que se aplican). Si es posible, optar por los hipoalergénicos, que evitan alergias y reacciones inconvenientes que pueden agudizarse en la piel expuesta al sol.

Todos los tratamientos estéticos, así como las aplicaciones de cremas y lociones para una mayor hidratación y nutrición de la piel deben ir acompañados por una alimentación adecuada y la ingesta de mucho líquido. Es necesario evitar las comidas grasas, las harinas, la sal, los azúcares y consumir principalmente frutas y verduras. Las hortalizas de primavera ofrecen algunos de los niveles más altos de vitamina K, hierro y fitonutrientes que mantienen a raya las arrugas y las enfermedades crónicas y ayudan a mantener la luminosidad de la piel.