Gripe: mejor prevenir que estornudar

Actualidad

Como todos los años, el virus de la gripe se prepara para el ataque. Cuándo y quiénes deben vacunarse. Cómo reconocer los síntomas.

Más que un simple resfrío aunque con algunos síntomas en común, la gripe es una enfermedad virósica producida por un virus variable, que cambia constantemente y tienen la habilidad de superar las barreras del sistema inmunológico del organismo y provocar una infección. Por lo general afecta las vías aéreas superiores del sistema respiratorio (nariz, garganta, oídos) y los bronquios y, menos frecuentemente, los pulmones.

El virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de microgotas de saliva infectadas, expulsadas al toser o estornudar por una persona afectada por el virus. Su modo de propagación más frecuente y rápido se da en forma de epidemias estacionales. La mayoría de los afectados se recupera en una semana, como máximo en dos, sin necesidad de recibir tratamiento médico. Hay casos, sin embargo, en los que la infección puede derivar en complicaciones graves de enfermedades o condiciones subyacentes, provocar neumonía y, en casos muy extremos, hasta la muerte. Esto se da con mayor frecuencia en niños pequeños, personas de edad avanzada y pacientes con condiciones médicas de base.

Hay tres tipos de gripe estacional: A, B y C. Los virus de la gripe de tipo A, la más frecuente, se clasifican en subtipos según las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus (H y N). Entre los muchos subtipos de virus de la gripe A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A(H1N1) y A(H3N2).

El virus A(H1N1) circulante también se denomina A(H1N1) pdm09, fue el que causó la pandemia de 2009 y sustituyó al virus A(H1N1) estacional que había circulado hasta ese año. Todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus de la gripe de tipo A.

Los virus de tipo B circulantes se clasifican en dos grupos (B/Yamagata y B/Victoria), y no se dividen en subtipos, mientras que los virus de tipo C se detectan con mucho menos frecuencia y suelen causar infecciones leves, de modo tal que el impacto en la salud pública es menor.

Los virus A y B circulantes causan brotes y epidemias. Por este motivo, en las vacunas contra la gripe estacional se incluyen las cepas de virus A y B. Las vacunas antigripales trivalentes incluyen dos cepas A y una cepa B y las vacunas cuadrivalentes incluyen una segunda cepa B, por lo que brindan mayor protección. 

Los síntomas de la gripe, que pueden presentarse en un número diverso, son: fiebre o sensación de estar afiebrado; escalofríos; tos; dolor de garganta; mucosidad nasal o nariz tapada; dolores musculares y corporales; dolores de cabeza; fatiga  o cansancio corporal; vómitos y/o diarrea, más común en los niños que en los adultos.

Gripe

Además de tratar de evitar el contacto directo con personas infectadas y mantener ventilado el ambiente en el que estas personas se encuentran, la prevención más eficaz para evitar el contagio y sus consecuencias es la vacunación. Y, lógicamente, mientras más personas se vacunen, menos se propagará el virus. La vacuna contiene virus muertos que no pueden causar la enfermedad; induce una respuesta inmunológica de manera que el cuerpo desarrolla los anticuerpos necesarios para defenderse de la infección.

Como el virus de la gripe es sumamente variable y cambia constantemente, para lograr efectividad en la prevención es necesario aplicar la vacuna anualmente ya que su composición cambia de un año a otro para incluir las cepas más virulentas en circulación. Por este motivo, el Sistema Mundial OMS de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (GISRS) —una red de Centros Nacionales de la Gripe de todo el mundo— hace un seguimiento de los virus gripales circulantes en el ser humano y actualiza la composición de las vacunas antigripales dos veces al año.

En la Argentina, la vacuna antigripal 2017 comenzó a ser distribuida a las provincias en marzo y está disponible en hospitales y centros de salud públicos de todo el país de manera gratuita desde el mes pasado, según informó el Ministerio de Salud de la Nación. Los especialistas recomiendan que la vacuna debe aplicarse durante los meses de abril y mayo porque requiere de un tiempo para lograr efectividad plena. De acuerdo con lo anunciado, este año habrá disponibles 2.500.000 vacunas antigripales más que el año pasado, un total de 12.000.000 de dosis para la población en riesgo, estimada en 9.500.000 adultos y 2.500.000 niños.

La vacuna, que desde 2010 se produce en el país y forma parte del Calendario Nacional de Vacunación, contiene, según lo informado, las cepas H3N2 actualizada B y H1N1. También estimaron que este año los brotes de gripe estarán dentro de los valores normales y que, por lo tanto, no habrá una epidemia.

Quiénes deben recibir la vacuna antigripal

  • Personal de la salud
  • Embarazadas, en cualquier momento de la gestación.
  • Todos los niños de 6 a 24 meses (deben recibir dos dosis separadas por al menos 4 semanas).
  • Niños y adultos de 2 años a 64 años con enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas.
  • Pacientes oncohematológicos y trasplantados.
  • Personas obesas con índice de masa corporal mayor a 40.
  • Diabéticos.
  • Personas con insuficiencia renal crónica en tratamiento de diálisis.
  • Mayores de 65 años.
  • Convivientes de enfermos oncohematológicos.
  • Convivientes de bebés prematuros con un peso menor a 1.500 g.

Fotos: Shutterstock