La cuarta edad

Actualidad

Cada vez hay más ancianos en el mundo. Esto se explica, en parte, por el aumento de la expectativa de vida, que permiten los avances de la medicina y la tecnología; pero sobre todo por los hábitos de vida saludable, que se van incorporando a la rutina de millones de personas. Médicos y científicos se esfuerzan con descubrir las claves de la longevidad, y alertan que es clave cuidar desde jóvenes al viejo que seremos.

Después de estudiar el asunto durante décadas, el profesor Kaare Christensen, del Centro de Investigaciones del Envejecimiento de la Universidad del Sur de Dinamarca, lanzó una conclusión que sacudió al mundo científico: aseguró que si el ritmo de aumento de la esperanza de vida en los países desarrollados en los últimos dos siglos continuara a lo largo del siglo XXI, la mitad de los bebés nacidos en estos países a partir del 2000 celebrará su cumpleaños número 100. Es un hecho que la expectativa de vida ha crecido de forma lineal e ininterrumpida durante los últimos 165 años y todo indica que seguirá extendiéndose. ¿Pero cuáles son las causas de la extensión de la vida, y qué aspectos conviene tener en cuenta para, además de vivir mucho, vivir bien?
Estas son las preguntas que se afanan por responder los especialistas en el tema; es por eso que distintas universidades y centros de salud del mundo han impulsado estudios específicos, tendientes a develar las claves que definen la vida sana en la vejez.

Se sabe, por ejemplo, que las poblaciones con mayor proporción de ancianos se encuentran en Japón, Suecia, Suiza y Finlandia (Japón posee una de las poblaciones más longevas del mundo, con un 1 por 100 de centenarios; después se ubican Suecia con un 0,2 %, Suiza y Finlandia) aunque el fenómeno tiene alcance global.
Se estima que en los EE.UU. hay unas 50.500 personas que ya suman 100 años o más, y que en 2050 llegarán a ser 800.000, según el estudio de la Universidad de Georgia.

 

Actualmente, se registran en el mundo unas 455.000 personas centenarias, o que superan esta marca y se calcula que dentro de 50 años el número habrá ascendido a más de 32 millones.
Las razones obedecen a los avances médicos y tecnológicos registrados en las últimas décadas pero está, por sobre todo, asociado a los hábitos de vida saludables y a una filosofía de vida positiva: el pensamiento flexible, el humor y los bajos niveles de estrés resultan fundamentales para vivir más y mejor, prueban una serie de estudios recientes.
Aunque el azar y la genética tienen una incidencia innegable,  la combinación de una vida saludable (alimentación hipocalórica, baja en sodio y azúcares + ejercicio) y la capacidad de cultivar una actitud positiva tiene el poder de extender la vida varios años, incluso décadas. Es clave desdramatizar los problemas y cultivar el pensamiento flexible, ya que el stress es uno de los culpables probados del acortamiento de la vida.

El género también es un factor en juego: las mujeres viven más. A nivel mundial, hay unas 6 centenarias por cada centenario (a excepción de la isla de Dominica, en donde comparten el récord hombres y mujeres).
El caso de Okinawa, la ciudad con mayor índice de personas centenarias del planeta –al día de hoy suman cerca de dos mil-, concentra la atención del periodismo y los estudiosos del tema: el diario inglés “The Guardian”, fue uno de los medios que dio lugar al fenómeno y concluyó que, si los pobladores sobreviven tanto tiempo, además, con “bajo riesgo de sufrir arteriosclerosis y cáncer de estómago, cánceres dependientes de hormonas -como el cáncer de mama y próstata”- es gracias a la alimentación de sus habitantes.

El autor Craig Willcox, quien ha pasado años investigando las causas de la longevidad de los japoneses, resume en uno de sus libros que los pobladores de Okinawa “comen tres porciones de pescado a la semana, en promedio, un montón de granos enteros, verduras y productos con soja. Además ingieren más tofu y algas kombu que cualquier otra población del planeta. También grandes cantidades de calamares y pulpo, los cuales son ricos en taurina y podrían, con el tofu, reducir el colesterol y la presión arterial”.
Otro grupo de médicos, encabezados por el profesor Makoto Suzuki, que dedicó más de 30 años a estudiar el modelo de vida de los pobladores de Okinawa, concluyó que se sobreestima la influencia de los factores genéticos y que la longevidad, en este caso, depende de cuatro factores básicos: una auténtica “cultura dietética”, actividad física integral a lo largo de toda la vida, la estimulación de la autoestima y el cuidado y asistencia mutua entre los ancianos. La filosofía de vida “relajada” incide también, de manera notable.

En relación a este punto, el Georgia Centenarian Study –antes mencionado- destaca que  los centenarios más saludables, tienen “mentes abiertas, pero también muy concienzudas”. Aseguran que los neuróticos difícilmente llegan a los 100: ya no se trata de tener niveles óptimos de colesterol para ser una persona saludable; hoy la salud está emparentada con el bienestar del cuerpo, la mente y las emociones. La salud es un concepto integral.
En la era de la longevidad, el envejecimiento de la sociedad es, y será cada vez más, el gran desafío de la época, ya que implica cuidar, contener y mantener a miles de personas vulnerables. En los próximos años, además de nuevos productos y servicios destinados a esta franja etaria, que seguramente irán multiplicándose, y del aumento de los cuidadores domiciliarios, que también proliferarán entre las clases medias y altas, habrá que desarrollar profesionales con conocimientos específicos e idear proyectos privados y públicos de atención y contención. En Argentina, centros educativos como la universidad Maimónides ya cuentan con propuestas, licenciaturas, posgrados y especializaciones en gerontología y psicogerontología.

 

La cuarta edad

La expresión cuarta edad hace referencia a la última fase de la vida de las personas que alcanzan una vejez avanzada. Habitualmente se considera su comienzo a partir de los 80 años de edad.
En la Argentina, hay un millón de mayores de 80 años, son el 2,5% de la población y el grupo que más creció en este tiempo. Los dos últimos censos lo marcan claramente: entre el 2001 y el 2010 los de 80 son un 32% más. De 1950 a hoy las personas de más de 80 años se multiplicaron por 12. Siete de cada diez mayores de 80 son mujeres: ellas viven, en promedio 5 años más.  La esperanza de vida para el 2015 será de 74.2 años para los varones y 81.7 para las mujeres, según la Cátedra de Demografía Social de la UBA. Los mayores de cien ya suman 3.500 centenarios, en el país.
Los mayores enemigos de la salud siguen siendo la hipertensión, el colesterol, el sedentarismo, el tabaco, la diabetes, el estrés y la ansiedad.

 

Tips para una vida larga y saludable

• Cuidar la dieta: son importantes las proteínas, fibras, vitaminas, minerales y Omega 3. Evitar las grasas y las sales

• Realizar ejercicio físico integral y sostenido en el tiempo: al menos dos veces por semana, una hora por vez. La actividad física mejora la circulación y la oxigenación, mantiene el tono muscular y la elasticidad

• Controlar la ansiedad, el estrés y las emociones negativas: la inteligencia emocional tiene efectos probados sobre la salud y la extensión de la vida

• Apostar a una sexualidad plena: las demostraciones de afecto y el sexo mejoran el estado de ánimo, elevan la autoestima y disminuyen la ansiedad

• Mantener vida social, salir a divertirse

• Emprender proyectos y encarar nuevos desafíos