La escuela analógica, en un mundo digital

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En tiempos en que Internet y las nuevas tecnologías imprimen profundos cambios en el modo en que los jóvenes acceden y procesan la información, la escuela se enfrenta al desafío de encarar un rediseño radical para recuperar su sentido y relevancia cultural. El uso generalizado de las computadoras, la facilidad y el bajo costo del acceso a Internet sugieren la necesidad y la inminencia de una revolución educativa. Aunque aún no hay un cuerpo sistematizado de elementos teóricos ni de experiencias articuladas los docentes y las instituciones y organismos públicos nacionales e internacionales empiezan a incluir entre sus prioridades las tareas de exploración de esta problemática.

La llegada de Internet transformó el mundo, qué duda cabe. Es sabido también que, entre los que vivieron antes de Internet y fueron testigos de su aparición y aquellos otros que nacieron y crecieron tras la revolución informática -los nativos digitales- parece haber una brecha de doscientos años, no de veinte. La institución escolar, en este marco, recibió el cimbronazo de este cambio en sus cimientos: concebida en el marco de la modernidad y de acuerdo a parámetros enciclopedistas, ya caducos, la escuela tradicional parece hacer agua en una época en que los alumnos y la sociedad le exigen una actualización que, por razones diversas, no se produce a tiempo.

En la era digital, resulta imperativo revisar el paradigma tradicional del modelo educativo para incorporar los aportes de la computación y de la comunicación a distancia. El desafío en materia de educación y de cultura, es combinar razonablemente tecnología con humanismo, y modernidad con democracia y equidad social; generar un cambio que vaya introduciendo en el modelo pedagógico dosis crecientes de autoaprendizaje a distancia y cultivar una cultura de la computación y de Internet que facilite el acceso al conocimiento y los niveles de preparación de la población educativa.

Guillermina Tiramonti, docente e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), es una de las especialistas en Educación de mayor renombre en el país. Consultada por Revista Cabal opinó que la escuela de hoy se mantiene estancada en un modelo que precisa modernizarse: la escuela tradicional parece no estar a la altura de los objetivos y responsabilidades que en la actualidad le caben. “La referencia cultural de la escuela era y es la Ilustración, que en  el nivel secundario adopta la versión enciclopedista”, explica Tiramonti. “Se trata de una referencia basada en la primacía de la lectura, lo que supone un método secuencial propio de esta práctica, con un docente al frente del aula, único portador del saber considerado verdadero  que debe transmitir. Esto debe cambiar. El colosal cambio tecnológico que genera una configuración cultural que tiene en el centro la imagen y no la letra, los instrumentos de comunicación electrónica como medios de producción y difusión del saber, los medios masivos de comunicación como elemento central de conformación de la cultura de masas y todos ellos como constructores de un ambiente cultural que redefine la subjetividad de las nuevas generaciones.  Esto obliga a repensar toda la organización escolar y áulica, por un lado, y el supuesto de alumno con el que trabajan las escuelas, por otro.”

 

La necesidad de proyectar e implementar nuevas estrategias educativas tendientes a dotar a la escuela de recursos que le permitan ejercer su papel inclusor y formador, incluyó progresivos avances.
A favor de los intentos de actualización en el área de las escuelas, primero se introdujo la enseñanza de la Informática, con su respectivo salón donde cada chico tenía una computadora en la que practicar los conocimientos propios del Windows y sus programas. Posteriormente, con el advenimiento de la banda ancha y el Wi Fi, y la democratización del mundo digital, la enseñanza de la informática quedó obsoleta en la escuela, tal como es una antigualla hoy la caligrafía con pluma y tintero que hace tan sólo veinte años atrás se daba en el secundario.  En el último lustro, los planes de educación nacionales, provinciales y de la ciudad incluyeron el reparto de netbooks a cada alumno para que pudieran trabajar con la red. Pero nada parece ser suficiente, en vistas de que lo que falla es una concepción de la escuela tradicional que sigue siendo distante respecto de las nuevas formas de informarse, conocer y relacionarse que utilizan las nuevas generaciones.

“La escuela moderna se piensa a partir del sujeto crítico, kantiano, del trabajo simultáneo en grupo y sostiene una forma de autoría individual” reflexionó sobre el tema Inés Dussel, investigadora de FLACSO y especialista en Educación, en el marco de un seminario de Educar dedicado al tema. “Los nuevos medios, por el contrario, apuntan al shock emocional, al involucramiento del cuerpo, a la interacción rápida, a la pantalla individual, a la autoría grupal de los productos, a la velocidad de los procesos". La autora sugiere pensar en las posibilidades que los nuevos medios abren en la escuela, empezando por el self media (es decir, el ‘hacelo por vos mismo’) y la producción de videos que apunta a mejorar el interés, siguiendo una línea confesional y afectiva. También habría que incluir los modos de operación con el saber, la autoría y la función autor, proponiendo pensar en quien se expresa.

La posición de los docentes frente al cambio innegable que produjo Internet en la enseñanza es diversa. No obstante, la queja es más o menos la misma en todos los docentes que trabajan en escuelas públicas: la intención de incluir el mundo digital en la educación está, pero los medios reales con que cuentan las escuelas no alcanzan.

La resistencia a adquirir los conocimientos de Internet necesarios para educar suele perdurar en muchos docentes y también es parte de la problemática: muchos tienen a su disposición, por ejemplo, –en la Ciudad de Buenos Aires- el Ed-Modo, especie de Facebook cerrado para chicos de la clase, pero reniegan de usarlo.

La transformación no puede sobrevenir de un día para otro”, reflexiona Tiramonti. “Es necesario formar docentes que aprendan de este modo para que luego puedan actuar en consecuencia en el aula, y es importante personalizar la enseñanza, atendiendo a la evolución de cada alumno, para romper la escolarización por bloques de disciplinas.”

La esperanza de un futuro donde la información y los conocimientos digitales estén democratizados y al alcance de todos los argentinos, está en marcha. Con dificultades, resistencias y tropezones, pero ningún docente se atrevería a decir jamás que Internet entorpece el camino hacia un mundo mejor para los alumnos. Ese es un buen comienzo.

 

Opinan los docentes

Un grupo de  maestros y profesores de distintas regiones del país consultados por Revista Cabal se prestaron a reflexionar sobre el tema, y compartieron sus impresiones y experiencias:

*“El cambio de la educación analógica a la educación tecnológica no se ha producido, por limitaciones técnicas o bien por resistencia de los mismos docentes. Vivimos en un mundo veloz, cambiante, furiosamente estimulante, repleto de imágenes, de sonidos, de sensaciones, de efectos y de estructuras innovadoras y seguimos sentándonos frente a un panóptico de madera y tiza. Seguimos sosteniendo institucionalmente un pensamiento en donde la televisión, la internet y el cine son cosas “del mundo de afuera” y que en ocasiones son el demonio. Nos privamos de aprovechar, reformular y asombrarnos con ese universo de arte y entretenimiento que está en derredor nuestro y seguimos instalados en métodos, contenidos y conceptos arcaizantes y aburridos. Esto, debo hacer un aparte, es un conflicto también personal: creo en que la escuela es el espacio para fijar los límites necesarios para toda convivencia en sociedad y creo también que la escuela es el espacio del pensamiento, de la apertura, de la escucha y de las oportunidades. Y no las aprovechamos; seguimos insistiendo en una escuela acartonada, solemne y  atemorizante.” Gustavo Palacios Pilo, docente del área plástica de primaria y del terciario.

* “En las escuelas en las que trabajo aún el paso es casi invisible porque son marginales y en una, por ejemplo, no hay sala de computación, en otra la conectividad es muy baja e inestable y dependemos de eso, en otra aún no les han entregado las netbooks a los chicos, así que lo que podemos compartir es muy poco. Siguen siendo los libros y las fotocopias los recursos más importantes de trabajo, y los cds o dvds. Lástima porque cualquier actividad en la compu a los chicos les encanta y la disfrutan mucho más que una clase habitual. Disponer de estos recursos nuevos sería una solución para que estén los adelantos a disposición de todos los chicos y no sólo de los de las escuelas céntricas.”  Carolina Halsall, docente rural santafesina de inglés y actriz de Todos de pie (un espectáculo de humor sobre las maestras)

*“Hablar del paso de lo analógico a lo digital sería una panacea, yo considero que no hubo ni hay posibilidad, aún de tal pasaje. En la escuela actual hay convivencia de recursos entre los ya aprendidos por los docentes y lo que aún deberíamos aprender. Pensar la clase en términos digitales es un atesorado sueño. Es evidente que, además de la tecnología, hace falta un cambio conceptual respecto de cómo la escuela debe evolucionar en estos tiempos, eso es lo que está faltando, un cambio estructural, de fondo”. Laura Sedlacek, docente de Literatura en dos secundarios públicos.

*“Considero que las escuelas deben adaptarse a las nuevas tecnologías pero también es imprescindible que se capaciten a las maestras como corresponde, para que el uso de las computadoras sirva realmente para aprender y que los chicos puedan vivir ricas experiencias. Trabajar para la integración social, y el diseño curricular de la docente deben ser instancias adaptadas a la educación de esta era tecnológica, para lograr una mejor planificación y mejores resultados”Claudia Pucheta, docente porteña de educación inicial.

* “Los docentes debemos capacitarnos para lograr un uso correcto y poder guiar a los chicos en el manejo de la información y el recurso, siempre en función de una tarea planificada y organizada. Debo reconocer que nos falta acompañar ese cambio, por falta de medios, preparación y apertura de algunos colegas y padres para aceptar los cambios". Alba Amelia Avalos, docente correntina de educación primaria.