María Eugenia Tabacco, una luchadora por la inclusión

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Licenciada en Comunicación Social y Vicepresidenta de MUCAR (Movimiento de Unidad de Ciegos y Amblíopes de Rosario), Tabacco asume cada día, desde su ciudad, Rosario, el desafío de promover y fomentar posibilidades de las personas con discapacidad visual, en favor de su inclusión laboral.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 12.9% de la población tiene alguna discapacidad; de ese total, el 20% son personas con discapacidad visual o con baja visión. A estos datos se suma que entre el 80 y 90% no tiene trabajo, algunos ni siquiera están institucionalizados, ni figuran en las estadísticas y, lo que quizás sea  más grave, ignoran cuáles son las herramientas tecnológicas de las que pueden disponer para acceder a un empleo en igualdad de condiciones.


Para revertir esta realidad, puntualmente en la ciudad de Rosario, existen iniciativas que trabajan en favor de la inclusión, ofreciendo capacitación acorde a las posibilidades de los beneficiarios –lo que los habilita a acceder a nuevas oportunidades de  empleo en puestos temporarios o en relación de dependencia- y, también, concientizando a los potenciales empleadores acerca de la necesidad de vencer prejuicios en el ámbito empresarial.


María Eugenia Tabacco (1979), Licenciada en Comunicación Social, vive en Rosario y es una de las más activas militantes argentinas en favor de la inclusión de personas con discapacidad visual. Como vicepresidenta de MUCAR (Movimiento de Unidad de Ciegos y Amblíopes de Rosario), trabaja cada día en el diseño de políticas, actividades y cursos que están ayudando a reducir las altas cifras de desempleo que se registran en la región.


“En Latinoamérica, actualmente el 80% de los discapacitados están desempleados, y esa proporción se replica, con más o menos suerte, en los distintos rincones del continente. Es necesario revertir esta situación, un trabajo hormiga que asumimos muchos y que nos insume esfuerzo, creatividad y energía, pero que también da frutos”, explica en el marco de la entrevista con Revista Cabal.


Viajar por Latinoamérica registrando y tomando registro de la situación –en el 2010 concretó la filmación de un documental sobre esta problemática, junto a su marido- le sirvió para comprobar que Argentina, México, Chile y Colombia están mejor posicionados que otros países de la zona. “Sin embargo todavía el panorama deja muchísimo que desear, y es necesario que tanto los empresarios como los desempleados comprendan que todos podemos trabajar, capacitarnos y rendir de manera eficaz para un puesto que sea acorde a nuestro potencial”, explica ella.


Hace años que María Eugenia se dedica a trabajar para vencer prejuicios ajenos, y hacer de la lucha su bandera: “Te volvés una especie de Robin Hood de los derechos y cosas que antes pasaban desapercibidas y te atraviesan. Mi trabajo y mi desafío diario es la lucha por la inclusión”, dice.


Inició su militancia en el proyecto AGORA (Aulas de Gestión Ocupacional para América Latina), una organización española de alcance internacional que se destaca entre las que facilitan la inclusión laboral de las personas con discapacidad visual. “La gente de Agora veía que en América Latina no había inclusión laboral ni igualdad de oportunidades, y nos dijeron que iban a empezar a funcionar en Rosario, así surgió esa primera posibilidad de gestionar voluntariamente en las empresas este proyecto”, cuenta ella. “Con Agora hicimos un montón de inclusiones, y gente que hacía muchos años estaba esperando, tuvo su oportunidad.” Tiempo después, y a través de esa primera incursión, llegó a MUCAR, agrupación fundada en junio del año 1981, cuando un conjunto de voluntades representativas del sector consideró que debían unirse para recuperar y afianzar sus derechos y apoyar en todo lo que se pudiera a las personas ciegas y/o de baja visión.


Más de tres décadas después -el motivo impulsor fue la necesidad de salvaguardar los derechos de igualdad a la educación-, MUCAR sigue trazando e impulsando líneas de acción que permiten consolidar y sostener la igualdad de oportunidades. Allí se ocupan de generar proyectos inclusivos, concretamente, impulsando la formación de promotores comunitarios (profesionales de la salud y carreras afines) con y sin discapacidad visual, interesados en el abordaje de la discapacidad.  “Además, promovemos y acompañamos todo el proceso de inclusión de un trabajador: desde la capacitación y la selección del personal, hasta el seguimiento en la incorporación al puesto, y el seguimiento luego dentro de la empresa. Es importante que la persona con discapacidad visual comprenda que además de derechos tiene obligaciones y que los empresarios entiendan que no van a ver disminuido o afectado su rendimiento por incorporar a estos trabajadores, se trata de formar simultáneamente a ambas partes”, agrega María Eugenia.


En la Argentina, las empresas privadas no tienen la obligación legal de incorporar personas con discapacidad –como sí la tiene el Estado-, esto explica parte del problema y los bajos niveles de inclusión.“Tenemos que cambiar en el plano del pensamiento para que después veamos modificada esa realidad”, describe ella. “El otro puede, el otro trabaja, eso es el primer concepto que debemos transmitir e incorporar. Tanto para mí como para un montón de compañeros encontrar trabajo fue muy duro. Porque también debíamos lidiar con la gente que te planteaba que para qué se iba a capacitar si nadie les iba a dar trabajo, por ejemplo”, explica. “Uno quisiera que la presencia de no videntes se notara más en los ámbitos laborales, pero lo estamos logrando. Esa es la pelea que seguimos sosteniendo”.

Link relacionado: www.inclusionando.com