Microemprendimiento: las reinas del catering

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El ritmo acelerado de las ciudades y el deseo de comer rico y sano pueden conjugarse para que muchas mujeres y caballeros se animen a un nuevo emprendimiento: cocinar para afuera.

La comida casera, como una varita mágica, hechiza a quien toca. Como es obvio, seduce a los comensales por su sabor y porque es más sana, en principio, que la congelada del supermercado o la refritada de la rotisería, y a su vez, es más económica que ir a comer a un restaurante. A su vez, hoy día hay menú a domicilio para todos los gustos: desde las viandas del Dr. Cormillot para quienes están a dieta, platos preparados para personas celíacas o diabéticas, la clásica repostera a quien encargar la torta para un cumpleaños (y estos encargos pueden incluir pedidos especiales como tortas con motivos eróticos, por ejemplo) o comidas étnicas mexicanas, españolas, japonesas, etc. Asimismo pueden solicitarse a domicilio productos gastronómicos como dulces, chutney, algún bebestible, aceites saborizadas, quesos, pan casero, etc. Casi no hay producto que uno se lleve a la boca, que hoy por hoy no pueda ser encargado a un cocinero que ha puesto en su hogar un universo gastronómico a disposición de sus clientes.

Pero el oficio de chef o de repostero también seduce al hacedor. Muchas de las personas que se dedican a la gastronomía en su casa, sucumben al inmenso placer de cocinar para otro y mostrarse y demostrar al mundo sus virtudes y cualidades. En suma, la cocina siempre es un descubrimiento para quien la realiza y para quien la saborea. Entre las emprendedoras del catering, se puede citar a Andrea Max, de Max Reposteria Catering (www.maxpasionporlodulce.blogspot.com.ar), y Luciana Donato de El charro negro, comida mexicana, a quien se puede llegar por Facebook. Aquí, otras dos cocineras responden sobre cómo ingresaron y se desempeñan en el mundo de la gastronomía casera. Una de ellas es Mayte Ribas, una guapísima catalana que reside en la ciudad de Santa Fe desde hace dos años y tiene cinco hijos. Mayte se especializa en platos españoles como paellas normales y vegetarianas, pollo al caramelo con aroma de canela, rabas a la romana, y también cocina viandas para adelgazar. Recibe los pedidos por teléfono o a través de su fan page de Facebook, Paellas Cheff Ribas.

Entrevistada para Revista Cabal, contó acerca de su oficio: “Entré en el mundo de la gastronomía porque viví hasta hace muy poco en un pueblo turístico situado a 30 km de Barcelona, llamado Sitges. Allí aprendí a cocinar para afuera. Un día de trabajo mío no es muy diferente al de otra persona. Me levanto y tengo esa responsabilidad: trabajar haciendo lo que me gusta, que es cocinar. Empiezo a las 07:00 AM y dedico gran parte de la mañana a mi cocina, termino a las 12:30 más o menos. Yo elijo mis productos siempre, elijo el menú de cada cliente minuciosamente según lo que él me demande, por ejemplo: tengo dietas de colesterol, tengo unos adolescentes que requieren una variedad para poder aportar a su crecimiento, tengo otros que son diabéticos y no quieren añadir a su dieta proteína: mi menú es muy variado para abastecer cada circunstancia. Las viandas las vienen a buscar a mi casa; de momento no tengo transporte propio, aunque también mando con cadetería si es preciso a cuenta del cliente. Desde que comencé con las viandas y cocina española a la carta, he crecido monetariamente, me ha ido muy bien. Pero también debo dedicarle todo el tiempo, ser muy cuidadosa con las cadenas de frío de los alimentos, saber manipularlos y estar preparada para ponerle mucho cariño a todo lo que se hace.”

Antonela de Alva, del barrio de San Telmo, joven periodista y editora, a cargo de Dulzuras del Alba, recibe sus pedidos de mermeladas, jaleas, chutneys, granolas y demás confituras a través de su página de Facebook Dulzuras del Alba o al email delalbadulzuras@gmail.com. Ella misma explicó en qué consiste su trabajo: “Entré al mundo de la gastronomía cuando tenía 10 años, aproximadamente. Recién aparecía el canal Gourmet y yo me había fascinado con el programa de Narda Lepes, de Martiniano Molina y, sobre todo, con el Gato Dumas. Además, había empezado a coleccionar recetas. Así fue como decidí poner manos a la obra y no paré. Cocinar cosas dulces me encanta y siempre lo hago con placer. Me divierte mucho y me siento una científica en su laboratorio, recuperando sabores antiguos y descubriendo nuevos. Por todo esto, hace casi un año decidí empezar con la fabricación de dulces caseros, naturales y sanos. Como es una empresa que recién empieza, suelo dedicarme los fines de semana a tiempo completo. Dejo las frutas macerando el día anterior y luego las cocino. Suelo elegir las frutas de estación y hacer mucha cantidad para tener ese sabor todo el año, como los higos o higos con nuez (que quedan muy bien con queso Brie). Además, mi mamá y una amiga se encargan de lo salado, como de las berenjenas y morrones al escabeche. Y mis hermanos las reparten. En realidad, además de confitera soy editora así que siento que puedo crecer mucho más en la gastronomía. Hasta ahora, no he parado de crecer y la gastronomía, como cualquier oficio, no tiene techo. Siempre hay algo nuevo para hacer.”

 

Tal como se desprende de esta nota, hay sólo dos cosas para hacer: probar las exquisiteces de esta nueva modalidad del fatto in casa o bien, para los que aman la cocina, emprender con coraje y sobre todo, con amor, el sabroso oficio de alimentar a los otros.