Protección natural

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Un descubrimiento argentino: pueden fabricarse protectores solares a partir de microorganismos extraídos de los bosques patagónicos

Una idea sencilla, que de concretarse podría aportar numerosos beneficios: utilizar los microorganismos que  protegen de los rayos UV a plantas y especies expuestas a fuertes radiaciones solares para utilizarlas en beneficio del ser humano, en protectores solares naturales.
Eso fue lo que se propuso investigar y concretar un grupo de científicos que estudió qué levaduras habitan en los ambientes andinos patagónicos,  expuestos a muy bajas temperaturas y a niveles de radiación ultravioleta excesiva.
El proyecto tendría, además, efectos beneficiosos sobre el medio ambiente, al permitir reducir las sustancias químicas usualmente utilizadas en la fabricación de productos cosméticos, que pueden llegar a ser altamente contaminantes. 
En una laguna de altura o en las hojas de los árboles en lo alto de la montaña – a dos mil metros sobre el nivel del mar, de donde se extrajeron las primeras muestras- hay condiciones naturales que favorecen o seleccionan el desarrollo de ciertos organismos adaptados a tolerar circunstancias ambientales extremas. Esos organismos están adaptados porque evolutivamente lograron producir un mecanismo de resistencia al calor, el frío o el sol: muchas levaduras, por ejemplo, producen compuestos antioxidantes y moléculas que absorben la radiación y actúan de pantalla UV natural.

El trabajo arrojó que existe una sustancia particular, proveniente de las levaduras de bosque patagónico –muy fácil de obtener, ya que se trata de hongos unicelulares-, que podrá ser utilizada para fabricar protectores altamente efectivos y de bajo costo.
La sustancia fue patentada por los investigadores del CONICET en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Este descubrimiento podría habilitar numerosas aplicaciones, en productos de belleza y salud.
La molécula encontrada se llama micosporina y es responsable de la supervivencia de numerosas especies vegetales en condiciones de alta incidencia de radiación. Con esa evidencia entre manos, lo que se hizo fue extraer la molécula de las plantas, purificarla, y evaluar su utilidad biotecnológica, lo que determinó que es factible su uso en cremas y geles de protección solar.
En este momento, los científicos se encuentran en una etapa de descripción e investigación de los microorganismos recolectados. Posteriormente, apostarán a cultivar levadura en el laboratorio.
En un mundo en que la tendencia natural va ganando espacio progresivo, numerosas empresas podrían estar interesadas en producir protectores solares naturales. Los químicos usualmente utilizados en los productos de cosmética, no sólo pueden tener efectos secundarios adversos, sino que muchas veces también son contaminantes.