La idea puede parecer descabellada, pero no lo es: en un futuro no demasiado lejano, el mercado automotriz mundial podría estar integrado por autos que funcionaran exclusivamente con energías alternativas. Hay quienes sostienen que el petróleo, hoy utilizado para la fabricación de combustible, quedará reservado sólo para la fabricación de plásticos y pinturas, y que los automóviles, avanzarán por calles y autopistas gracias a la energía solar y a combustibles no contaminantes. Este año, un grupo de alumnos y de docentes de la UTN Santa Fé, que integran el Grupo Tecnológico Automotor (GTA) del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Facultad, dio un paso al frente en este sentido: construyó un auto que funciona con paneles solares y/o a tracción humana -contemplando un piloto de hasta 200 kilos de peso-.

El proyecto, al que estudiantes y docentes de Santa Fe se dedicaban desde 2010, se concretó en base a dos objetivos: alcanzar la meta de construir el vehículo y desarrollar elementos y tecnologías aplicadas a vehículos impulsados por fuentes de energías renovables -energías alternativas- que pudieran servir a futuro. Las energías no renovables son aquellas que se proyectan como indispensables para reemplazar los combustibles fósiles, principales causantes de los efectos secundarios sobre el medio ambiente, como el calentamiento global.
El proyecto involucró a los estudiantes de una manera activa en cada una de las áreas, tanto en el cálculo y el diseño como en la construcción. Todas estas actividades fueron supervisadas por docentes responsables del grupo. El auto estuvo cuatro meses de construcción.  Se trata de una iniciativa extracurricular que abarca los conocimientos de diferentes cátedras dictadas en las carreras de la facultad, entre ellas, Diseño Mecánico y Electrónica.

El vehículo tiene un diseño aerodinámico –está concebido para que su forma no incida negativamente en su rendimiento-. Los automóviles solares tienen formas muy especiales y están pensados para tratar de minimizar la resistencia del aire, maximizar la exposición al sol, minimizar el peso y hacer los vehículos lo más seguro posible. El creado en Santa Fé puede alcanzar una velocidad de hasta 100 km/h en zona de bajada. Su potencial quedó demostrado el pasado mes de octubre, cuando el auto corrió una carrera de autos “ecológicos” -que funcionan con energías alternativas- , en el norte de Chile. En esa oportunidad atravesó 930 kilómetros del paisaje cordillerano, a lo largo de 3 días de competición, de la que participó junto a una veintena de autos similares, provenientes de distintos países de América Latina. En esa oportunidad el vehículo solar de la UTN obtuvo el segundo puesto en la Ruta Solar 2011, dentro de la competencia Atacama Solar Challenge. Para la realización del auto de la UTN y su participación en la competencia internacional colaboraron empresas nacionales, locales y organismos gubernamentales. 
El mecanismo de funcionamiento de este tipo de automóviles convierte la luz solar, captada por el panel central, en energía útil, y la  redirige  al motor y a otra batería  “de reserva”, que tiene una autonomía de cuatro horas. Lo que los diferencia a los vehículos de carga solar, es que utilizan electricidad renovable obtenida desde fuera del vehículo. Las celdas fotovoltaicas convierten la energía del sol directamente a electricidad que puede, o bien ser almacenada en baterías eléctricas, o bien ser utilizada directamente por el motor.

Enlace: Exposición de autos de energía solar en Chile, donde se realizó la primera carrera de este tipo en América Latina:
http://www.youtube.com/watch?v=GN-_7VOiH7c